Las autoridades policiales y del Sistema Penitenciario de Managua, debían presentar ante los juzgados de Carazo a Herlio José Jarquín Cortez, alias “Furia y Toro”, pero este martes las víctimas y familiares se quedaron esperando.
El martes se conoció un nuevo caso que se atribuye a Jarquín. Se trata de los hermanos Rolando José Guzmán, de 33 años y Freddy Ismael Guzmán, de 27, originarios del barrio El Zapotal, de Jinotepe, quienes aseguran haber sido agredidos por Furia y Toro.
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Los jóvenes relataron que el sábado 24 de diciembre de 2016, a eso de las 11:40 p.m., cuando se dirigían a su vivienda, fueron interceptados por Jarquín, quien les robó una mochila y les disparó.
Rolando recibió un balazo en una de sus piernas y Freddy aún tiene la cicatriz del proyectil que entró a su brazo izquierdo.
Ambos hermanos estuvieron hospitalizados por casi una semana en el Hospital Regional Santiago de Jinotepe y esperan que se haga justicia.
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“Esperamos que a Herlio le caiga el peso de la ley y que se haga justicia, porque su intención era matarnos…”, sostuvo Freddy.
La familia Téllez también se quedó esperando. Doña Leyla Téllez, comentó que ya no saben dónde acudir y que están cansados que el sistema judicial los haga perder tiempo y dinero.
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“Estamos agotados y psicológicamente afectados, así que hacemos un llamado a las autoridades para que cumplan con la leyes establecidas”.
A Jarquín se le señala de haber participado en la muerte de Carlos Manuel Téllez Luna, sobrino de doña Leyla.
Los hermanos Guzmán creyeron que Herlio Jarquín sería presentado en los juzgados de Carazo pero se quedaron con la cita que les envió el poder judicial . LA PRENSA/MYNOR GARCÍA.
Causas pendientes
Herlio Jarquín, tiene causas pendientes en el Juzgado de Distrito Penal de Audiencias de Jinotepe por robo agravado, portación ilegal de armas de fuego y lesiones graves. Las víctimas son los hermanos Guzmán.
En los tribunales de Diriamba tiene que responder por el delito de robo con violencia agravado en perjuicio de Henry de los Santos González; por el brazo que perdió de un machetazo don Arsenio Medina, habitante de la comunidad de Sontole y el balazo que recibió Francisco Calero Ríos, de la comarca Santa Lucía.
En Managua fue procesado por quebrantar una pena de 30 años y portación ilegal de arma de fuego y admitió haber cometido ese delito.
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