Las elecciones del domingo 6 de noviembre son calificadas de “fallidas” en el informe electoral del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), por la rala participación de la ciudadanía en las Juntas Receptoras de Votos (JRV), que, según este organismo, demuestra la falta de credibilidad y confianza en las autoridades electorales.
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“Las denominadas elecciones nacionales 2016 no fueron más que una formalidad vacía de contenido, ya que no cumplieron con los estándares internacionales en tal materia. La falta de transparencia del Consejo y (la) clara alteración de los resultados, al reportar una abstención por debajo de la registrada, de 31.8 por ciento, similar a la elección de 2006, son una prueba más que el sistema y la autoridad electoral no garantizan el respeto de la voluntad popular, en consecuencia el Cenidh considera como fallida la elección realizada el 6 de noviembre”, concluyen en su informe.
Dados cargados
El director jurídico del Cenidh, Gonzalo Carrión, agregó que todo el sistema electoral estaba organizado, predispuesto y dirigido a tener los resultados que reeligieron por segunda vez consecutiva como presidente a Daniel Ortega, y esta vez a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidente, lo que es considerado por la oposición como la instauración de una nueva dinastía en el poder.
Crítica a versión oficial
El vicepresidente de Hagamos Democracia, Pedro Belli, explicó que encontraron una gran contrariedad entre los datos que ofrece el CSE y la realidad el día de la votación, porque si fuera cierto que votaron 2 millones 578 mil 445 ciudadanos (según cifras oficiales) en 14,581 JRV que habilitó el CSE, eso significaría que en promedio votaron 177 personas en cada JRV.
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Si cada una de esas 177 personas tardó al menos tres minutos votando —como fue la experiencia personal de Belli al ejercer su derecho—, eso quiere decir que durante nueve horas las JRV estuvieron llenas, lo cual le parece a Belli una incongruencia con la realidad de quienes vieron que las JRV estaban vacías, como lo prueban fotos e imágenes hechas por ciudadanos y medios de comunicación.
121 personas por JRV
Según los datos que logró recolectar Hagamos Democracia el día de la votación, con la colaboración de 239 observadores a nivel nacional, solo pudo haber votado un promedio de 121 personas por JRV, lo que contradice los datos del CSE que plantearon una participación del 68.2 por ciento, cuando en realidad fue del 32 por ciento, según Hagamos Democracia.
Este último organismo participó como observador electoral no oficial, porque, aunque intentó solicitar su acreditación, el CSE ni siquiera recibió al presidente de este organismo, Róger Arteaga, para hacer la solicitud.
Sin competencia y observadores
El proceso electoral estuvo marcado por la exclusión de la principal fuerza política opositora, organizada en la Coalición Nacional por la Democracia, y porque no se permitió a observadores electorales internacionales. En junio pasado el presidente inconstitucional, Daniel Ortega, los llamó incluso “observadores sinvergüenzas” en un discurso público.
“Llegamos a la conclusión de que la ausencia masiva de votantes es el principal resultado de estos comicios”.
Gonzalo Carrión, director jurídico del Cenidh.
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