El exembajador y exrepresentante de Nicaragua ante las Naciones Unidas (ONU), Julio Icaza Gallard, opinó que el Memorándum de Entendimiento que firmarán este martes el Gobierno y la Organización de Estados Americanos (OEA) “va a adolecer de los mismos defectos” del informe conjunto, entre los que mencionó “mantener en secreto el origen de estos acuerdos”.
Icaza se refiere al informe electoral que entregó la OEA al gobierno de Daniel Ortega el pasado 14 de octubre, un día antes que comenzaran las conversaciones bilaterales, que Icaza llama “el nacimiento de un compadrazgo con Ortega”.
“Mientras no se publicite este informe todo lo derivado seguirá ensombrecido y teñido de sospecha”, dijo Icaza.
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El exdiplomático también manifestó que Almagro debería poner en práctica su discurso de que como secretario general de la OEA
“debe representar a los Gobiernos, pero también a la oposición”. “Debo ser la voz de quienes sufren la desigualdad y la falta de protección de sus derechos y debo ser el más aguerrido defensor de esos derechos”, según el discurso que iba a pronunciar en Cuba para recibir el premio Oswaldo Payá.
Icaza consideró que esa disertación Almagro debe aplicarla a Nicaragua, “pero dado el silencio que ha guardado tras los acuerdos”, considera que “puede entenderse que lo que ha habido es el nacimiento de un compadrazgo con Ortega”.
Sin expectativa
El abogado y presidente del Movimiento por Nicaragua (MpN), Gabriel Álvarez, aseguró que más allá de lo ya planteado sobre el Memorándum de Entendimiento, no tiene ninguna expectativa de los resultados en los acuerdos suscritos entre el Gobierno y la OEA.
“La lógica que vincula al memorándum con el informe nos debe decir que en términos políticos no deberíamos de tener expectativa que vayan a ampliar los ámbitos de trabajo señalados en el informe”, indica el analista político y constitucionalista.
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Sin embargo, Álvarez consideró que lo recomendable sería que en el memorándum se introdujeran aspectos que sectores de la oposición plantearon, pero que fueron ignorados en los acuerdos entre el Gobierno y la OEA, por ejemplo, los fraudes electorales y el problema de los derechos humanos en el país.
“A pesar de eso, de ese memorándum, podrían resultar algunos elementos que permitan tener un análisis más completo acerca de las verdaderas posibilidades y perspectivas de un punto de partida para la democratización en Nicaragua. Es decir, vamos a ver con nombre y apellido si Daniel Ortega está simplemente ganando tiempo o tratando de hacer las del gato pardo o si de alguna manera ha tomado en serio no solamente la amenaza del ‘Nica Act’, sino, sobre todo, la enorme inconformidad que se expresó en la abstención masiva de noviembre pasado y por otro lado se va a terminar de observar que la OEA está definitivamente interesada en impulsar un proceso de reencuentro con la vida democrática de Nicaragua”, aseguró Álvarez.
El analista político dijo que la intención de Ortega no es democratizar el país, “por lo tanto no tenemos que creer que el Comandante Ortega ayer era dictador y hoy es un demócrata, no; lamentablemente él no aprovechó las circunstancias políticas que se dieron entre 1990 y el 2007 y lo que estaba era agazapado, pero no hubo de él una evolución política, no se convirtió en un demócrata”.
Los temas
El Memorándum de Entendimiento que este martes será firmado entre el gobierno de Daniel Ortega y la OEA es parte de los compromisos establecidos en el informe conjunto del pasado 20 de enero.
Este memorándum “incluirá los aspectos técnicos del trabajo conjunto a llevar a cabo” para el “fortalecimiento de la democracia” y “en particular lo relativo al seguimiento del proceso electoral de noviembre de 2017 en sus numerosos aspectos, incluida la depuración del padrón electoral, la cedulación de los electores, garantías a los derechos de los electores”, entre otros aspectos técnicos.
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