Este sábado se llevó a cabo una asamblea del Movimiento Campesino en la comunidad La Unión, en Nueva Guinea. El objetivo de dicha reunión fue para tocar el tema de las «diferencias» entre campesinos de la zona de Nueva Guinea y Río San Juan con el actual coordinador del Movimiento Campesino, Medardo Mairena y los miembros del consejo de esta organización.
Los campesinos citaron a Mairena y a los otros representantes, pero no asistieron a dicha reunión. En esta asamblea participaron unos 100 líderes de la franja canalera, los que decidieron «desconocer» a Mairena como coordinador del Moviento Anticanal.
Lea También: Campesinos conformarán nuevo movimiento anticanal
Víctor Díaz, líder campesino que participó de dicha reunión aseguró que este proceso «no es de ahora» y que llevaban más de un año pidiendo explicaciones a Mairena y a su actual consejo. Los campesinos aseguran que desconocen varios aspectos de la gestión que han venido realizando estos representantes.
«Tenemos información de que hay una organización con el nombre del Movimiento Campesino, que pide dinero para proyectos, supuestamente para impulsar la lucha, pero no sabemos nada y no son transparentes», dijo Díaz a LA PRENSA.
Lea Además: Movimiento Campesino rechaza estar bajo el control de los partidos políticos de la Coalición Nacional
Por otro lado, el también líder campesino Henry Ruiz criticó a Mairena diciendo que han tomado decisiones «arbitrarias, sin consultar y con poca transparencia» y que debido a esto este grupo tomó esta decisión.
LA PRENSA intentó comunicarse con Medardo Mairena, pero no contestó las llamadas. Esta tarde los campesinos emitirán un comunicado para dejar clara la posición de este grupo, mientras tanto aseguraron que van a seguir trabajando como Movimiento Campesino y piden a Mairena que «deje de hablar como su representante».
La fractura en el Movimiento Campesino se debe a la reelección por tercer año consecutivo de Mairena y los demás miembro del actual consejo nacional, un proceso que para las bases violó los estatutos. También se acusa a los actuales dirigentes de desviarse de los objetivos de lucha, utilizar al Movimiento como plataforma política y entregarle el control al Partido Liberal Constitucionalista (PLC).