
CARTAS DE AMOR A NICARAGUA
Querida Nicaragua: La vida es bella, basta que sea una creación de Dios para que esté llena de momentos felices que muchos seres humanos han sido capaces de disfrutar. Pero obviamente no todo puede ser felicidad porque se volvería una rutina, y las rutinas no son buenas. Por eso es que la vida está llena de problemas. En todos los niveles hay problemas. Los ricos, los pobres, los medio acomodados, los obreros, los campesinos, los estudiantes, los sacerdotes, los profesionales, todos hemos tenido momentos felices y momentos llenos de dificultades y problemas.
El arte de vivir es disfrutar de los momentos felices y hacerle frente a las dificultades.
En materia política casi siempre hemos vivido con problemas que nunca hemos podido solucionar por nuestra falta de educación, por nuestras ambiciones, egoísmos y una serie de aberraciones que no nos han permitido estar unidos, ponernos de acuerdo para lograr un determinado bienestar en la nación. Y ahora con la pandemia del Covid-19 peor aún. Cada quien quiere resolver su problema y ser el mandamás, el líder, el dueño del grupo. Somos unitarios, tenemos un montón de unidades: la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, la Unidad Azul y Blanco, ahora la Coalición Nacional, el partido CxL, todas dicen ser unidades pero todas están en pugna, no se ponen de acuerdo.
Somos especialistas en unidades desunidas y hasta rivales.
Y así queremos sacar al nefasto gobierno Ortega Murillo que tiene dinero de sobra, control de todos los poderes del Estado, la Policía, el Ejército, y sobre todo el Consejo Supremo Electoral, organismos llenos de gentes al servicio de la pareja presidencial. Ni jóvenes ni viejos podrán ganar nunca desunidos. Alegan el cambio generacional que es necesario para que tanto viejo que ha gobernado el país se vaya a su casa. No hay tal cambio generacional que gane.
Los problemas políticos que nos agobian deben ser enfrentados con una unidad sólida, sincera, con líderes jóvenes o viejos que no tengan más meta que la democracia pura y limpia, nada de luchar para obtener cargos públicos como si las arcas del Estado fuesen un botín de guerra. Nicaragua necesita, antes que todo, honradez administrativa, orden y disciplina en cada uno de los ministerios, funcionarios que no sean nombrados por el Ejecutivo sino que sean escogidos por la propia comunidad en elecciones primarias. Así los poderes del Estado serán independientes y actuarán de acuerdo con criterios sanos sin esperar señales de “arriba” como ha sido costumbre a través de los años.
Esos son nuestros problemas, tenemos que enfrentarlos con unidad y patriotismo o no lograremos nunca hacer de Nicaragua como en un tiempo fue llamada “la Suiza de Centroamérica”. Dios nos ayude.
El autor es empresario radial.