Es conocido por las autoridades de la Alcaldía de Managua que la huella urbana no debe expandirse en Sabana Grande porque es una zona importante para la recarga hídrica de la ciudad; sin embargo en los últimos años se han desarrollado proyectos habitacionales. Y continúan.
Villa Dignidad, Ciudad Belén, Monte Nebo y la nueva etapa para los lotes Bismarck Martínez, son las cuatro construcciones que ha impulsado la comuna y que a juicio de la expresidenta ejecutiva de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), Ruth Herrera, pone en riesgo el futuro de los capitalinos porque se impermiabilizan los suelos y también puede haber contaminación de aguas servidas.
“Construir ahí es una irresponsabilidad en lo que está demarcada como la zona uno, donde están todos los campos de pozos. Ahí no se tiene que construir nada porque esa es la mejor agua, la de mejor calidad y la más abundante. Es como que tuvieras un lago subterráneo”, aseveró Herrera.
Si el acuífero se contaminara con aguas servidas, según la expresidenta de Enacal, aproximadamente la mitad de Managua se quedaría sin agua potable y “se tendría que evacuar la mitad de los ciudadanos porque no habría agua para darle a tanta gente. Es que es importante ese acuífero, es de la subcuenca tres”, insistió.
La comuna ha utilizado parte de los terrenos de Sabana Grande para sus soluciones habitacionales de carácter social y también lo han hecho urbanizadores para construir residenciales, esto debido a la demanda y poco espacio en otros puntos de Managua.
Ante las constantes construcciones de viviendas en Sabana Grande, por la misma necesidad que existe, la arquitecta Fátima Darce, máster en arquitectura paisajista y ambiental, apuntó que la solución está en la densificación de los suelos, que garantiza una ciudad más compacta y con menos demanda de inversión en servicios básicos.
“Ya no debemos irnos horizontal, sino vertical. Esa es una gran falla de visión con los profesionales que tienen el poder. Es necesario que empecemos a crear edificaciones de apartamentos y así vamos a minimizar los impactos urbanos y vamos a abarcar a más personas”, explicó Darce, quien reconoció que pese a haberse presentado en 2017 un Plan Maestro para Managua, es como que no existiera.
En ese Plan Maestro, elaborado por la cooperación japonesa y el cual brinda recomendaciones para la capital en el tema de uso de suelo, transporte masivo y red vial, señala la construcción en altura para que no sigan disminuyendo las áreas verdes, que si es en la parte alta de la ciudad disminuye la infiltración de las aguas de lluvia y se incrementa la vulnerabilidad en el periodo lluvioso.
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Demanda al crecer horizontalmente
Desde que Managua se fue abajo con el terremoto de 1972, su crecimiento se concentró en la horizontalidad, expandiéndose la ciudad al día de hoy hasta Ciudad Sandino en el oeste, salida a Tipitapa en el este y Carretera a Masaya por el sur.
Esta expansión ha demandado mayor inversión municipal en red vial, alcantarillado sanitario, acceso a gua potable, energía eléctrica, recolección de basura domiciliar y acceso a transporte público. A juicio de expertos en urbanismo, pone a Managua como una ciudad insostenible en el mediano y largo plazo.
«Hay que buscar ingenieros estructurales que sean de mente abierta para realmente ponerse a trabajar. Ya a estas alturas y con la tecnología que existe no es un impedimento construir cerca de fallas sísmicas, simplemente se toman precauciones», aseveró Darce.
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