Adolfo Matamoros, uno de los peloteros más aguerridos de los últimos años en nuestro beisbol, no quiere retirarse del juego sin pegar su hit mil.
El leonés que creció bajo la sombra del maestro de la receptoría Julio Vallejos, así que emigró a Chinandega en donde construyó una gran carrera, necesita 39 imparables para alcanzar la marca de mil hits en los campeonatos nacionales de beisbol, pero no tiene equipo.
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En Chinandega hicieron una barrida este año, para darle prioridad a la juventud, separando que veteranos acusados de indisciplinados. Matamoros no siente que haya faltado a la disciplina y cree que su “pecado” fue defender los derechos de los peloteros jóvenes, por lo que seguramente causó molestias.
En León le dijeron que podía haber una oportunidad, pero luego destrozaron sus ilusiones porque el equipo felino tenía demasiados peloteros categoría A compitiendo por pocos puestos, a pesar que Matamoros juega una posición tan compleja y en la que la veteranía puede jugar un papel vital en la conducción de los lanzadores, sobre todo en esta era de mucho talento joven en nuestra pelota.
Mientras llega la ansiada oportunidad, Matamoros está jugando beisbol Mayor A en Chinandega y ya lleva dos campeonatos de bateo, demostrando que todavía es un peligro en el cajón de bateo, más allá de sus 40 años de edad, pues se mantiene en una estupenda condición física, a pesar que juega la posición más agotadora del beisbol.
“Yo todavía puedo jugar. Tengo 40 años recién cumplidos, pero en el campeonato andan jugadores hasta mayores que yo. Mi meta es llegar a los mil hits y luego retirarme para ser entrenador. Me gusta enseñar”, apunta Matamoros, cuyo potente brazo lo pone bien alto a la hora de elaborar un ranking sobre los mejores receptores en la historia de nuestro país.
“Desde hace rato hubiera llegado a los mil hits, pero acordate que jugué tres años en la liga italiana y también perdí dos temporadas por lesiones y la cirugía Tommy John que me hicieron en el brazo”, recuerda el artillero que debutó con León en 1996, a los 18 años de edad, pero fue hasta 1999 que decidió marcharse a Chinandega para jugar todos los días, pues con los felinos era el suplente de Vallejos.
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Matamoros no quiere ser recordado como Franklin López, quien quedó a seis hits de los mil, o Leonardo Cárdenas, a quien solo le hizo falta un jonrón para 100. Y lo más dramático del caso es que todavía tiene la calidad y condición física para jugar, solo necesita una oportunidad, la que sin dudas se la merece, por su larga carrera con los chinandeganos en el beisbol amateur y profesional, y su fidelidad a este equipo cuando en su mejor momento pudo regresar a León tras el retiro de Vallejos.
Dos coronas
Adolfo Matamoros se distinguió en su carrera por su defensa detrás de plato y un cañón por brazo, pero también tuvo sus buenos momentos a la ofensiva.
En 2001 fue campeón de bateo de los Juegos Centroamericanos con promedio de .625 y en 2005 fue el primero en ganar la corona de bateo de la nueva época de la Liga Profesional, con porcentaje de .378, sacándole una gigantesca ventaja a su más cercano perseguidor, Edgard López, quien terminó con .307.
El dato
39 hits necesita Adolfo Matamoros para unirse a Marlon Abea, Sergio Mena, Julio Vallejos, Genaro Llanes y Juan Blandón como receptores que han dado mil hits en nuestro beisbol.
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