Según el documento “Compromisos de Buen Gobierno 2017-2021”, emitido por el Consejo de Comunicación y Ciudadanía del actual gobierno, se menciona que entre 2007 y 2011 se protegieron y recuperaron 150 fuentes de agua.
Sin embargo, para Ruth Selma Herrera, expresidenta de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillado (Enacal), “esos datos son falsos”.
“Yo estuve en el ciclo 2007-2010 en Enacal, y ya teníamos la discusión y la batalla sobre la necesidad de proteger, pero no había ningún plan del gobierno para eso”, dijo Herrera.
Asimismo, para el período 2017-2021 se proyecta proteger y recuperar 538 fuentes de agua, aunque en el documento no se detalla cuáles son esas fuentes, en qué zonas del país, o de qué manera se piensa proteger y recuperar.
Para Herrera, quien también es fundadora de la Plataforma Nacional de Defensa del Agua y la Vida, “el gobierno pone estos datos para decir que algo están haciendo, pero ellos no están protegiendo las fuentes de agua. Aparte de que están teniendo una política ‘depredatoria’, y un discurso contradictorio con esto, no están monitoreando (monitorizando) las fuentes de agua”.
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El documento también señala que en el quinquenio 2012-junio 2016, se protegieron y recuperaron 213 fuentes de agua.
“Yo creo que si se hubiesen hecho actos de proteger y recuperar 150 fuentes de agua en el primer ciclo y 213 en el segundo ciclo, estamos hablando de 363 fuentes de agua. Sin embargo, lo que se aprecia es que hay menos fuentes de agua superficiales, hay ríos que están secos, salvo en estos días que está lloviendo mucho”, afirmó Herrera.
Incluso, Herrera señaló que este documento, ni siquiera detalla si este supuesto trabajo de recuperación y protección, fue en fuentes de agua superficial o subterránea.
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“Hablando de las subterráneas, a mí me parece menos cierto decir que se han recuperado porque no se han hecho obras para infiltrar agua, retenes, represas, reservorios”, dijo Herrera.
Ante la posibilidad de que se pueda relacionar el deterioro de las fuentes de agua superficiales con la sequía o el cambio climático, Herrera señaló que “si nosotros no fuésemos el país más deforestado de Centroamérica, podríamos decir que todo es culpa del cambio climático, pero la tasa de deforestación que hay en Nicaragua es de las más alarmantes del continente”.
“Si hubiera más bosque, más capa forestal y obras que desde hace 20 años se sabe que esto va a pasar, tendríamos más capacidad de resistencia y no es el caso”, sentenció Herrera.
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