
Seguramente que al declarar estado de emergencia en Estados Unidos porque supuestamente Venezuela amenaza su seguridad nacional, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no tenía la intención de favorecer al régimen de Nicolás Maduro ni de perjudicar a la oposición democrática venezolana. Pero de hecho eso es lo que ha logrado con semejante medida y unas sanciones que en realidad no castigan nada ni a nadie.
El régimen chavista no amenaza a Estados Unidos. Al que amenaza y agrede es al pueblo de Venezuela, como lo ha hecho ver la alianza opositora venezolana Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en una declaración pública dada a conocer después de la proclama de emergencia del presidente Obama. “Venezuela no es una amenaza para ningún país. Son las políticas del actual Gobierno venezolano las que amenazan y coartan el derecho de nuestros ciudadanos a vivir y progresar en paz. En ese sentido ratificamos que nuestra lucha es por un cambio pacífico, democrático, electoral y constitucional, y que la libramos en Venezuela y junto al pueblo venezolano, su legítimo protagonista”, asegura la MUD.
En realidad, aunque el régimen chavista quisiera exportar su fracasado socialismo bolivariano, por medio de la violencia y la agresión armada, prácticamente no tiene capacidad para hacerlo. Trató de exportarlo mediante el soborno petrolero, y pudo lograrlo en algunos casos, pero con la caída de los precios del petróleo ese proyecto supremo de Hugo Chávez quedó condenado al fracaso. Para lo que sí tiene poder el chavismo es para reprimir a los venezolanos que rechazan la dictadura y luchan por la libertad y la democracia. Y este poder malévolo se ha fortalecido de hecho, gracias a la insólita declaración de emergencia de Estados Unidos por la supuesta amenaza de Venezuela a su seguridad nacional.
“La acción frontal de Estados Unidos respecto del gobierno venezolano puede acelerar la radicalización interna y el aislamiento”, advirtió el analista venezolano independiente Luis Vicente León, presidente de Datanálisis. Y en efecto Nicolás Maduro está aprovechando este garrafal error estadounidense para unir a su alrededor las fracturadas bases chavistas y declarar la guerra a la acosada oposición cívica interna.
Obama ha justificado su cambio de política hacia Cuba con el argumento de que la vieja estrategia de enfrentamiento, embargo y sanciones ha sido ineficaz, que no dio buenos resultados y más bien fue pretexto para la represión interna y la movilización popular en respaldo de la dictadura comunista. De modo que resulta incomprensible que ahora Obama haga con la Venezuela chavista, lo que él mismo ha dicho que fue ineficaz y contraproducente hacerlo con la Cuba castrista.
La MUD dice en su declaración: “Recibimos con aprecio y agradecimiento el apoyo de la comunidad internacional, pero no aspiramos ni admitimos que la comunidad internacional o alguno de sus miembros asuma deberes que son nuestros. Así como rechazamos la grosera injerencia cubana, no propiciamos ni aceptamos ninguna otra. Esta es una lucha de los venezolanos por Venezuela”. Tiene razón la oposición venezolana. Hay ocasiones en que la ayuda perjudica en vez de beneficiar.
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